Sabemos que todos estamos atravesando un momento particular y es muy normal que vivamos en una especie de montaña rusa emocional en este período de pandemia, debido al confinamiento y sus consecuencias económicas y sociales. Aparecen distintos tipos de miedos, inseguridades, nerviosismo, hasta aburrimiento y desmotivación.
Frente a esto es importante entender que el estrés es la forma que tiene nuestro organismo de adaptarse a los cambios de la realidad y por ende es algo positivo, ya que incluye reacciones fisiológicas y anímicas que buscan inducir a la acción. El problema es cuando ese estrés se nos sale un poco de control, se prolonga y comienza a afectar distintas áreas de nuestra vida y la forma de relacionarnos con los otros.
Afortunadamente, todos podemos hacer algo para aprender a sobrellevar esta nueva situación de pandemia en la situación de cambio e incertidumbre se vuelve la norma. Para esto, la base es una cuestión de enfoque. Así que aquí te compartimos algunos de los principales puntos en los que los profesionales de la salud mental concuerdan para mejorar nuestra calidad de vida:
Aceptación: el primer paso para convivir de manera armoniosa con aquello que nos afecta es la aceptación. Aceptar la realidad tal como es y que es aquí y ahora donde nos toca vivir parece una obviedad. No obstante, es algo a lo que no todos estemos acostumbrados.
Dejar de querer ajustar la realidad a nuestros deseos es fundamental y no implica una actitud de resignación, sino un reconocimiento de las condiciones reales, de cuánto puedo hacer para modificarlo y dónde comienza el límite. Allí donde no puedo actuar, necesito aceptar.
De nada sirve desear volver al pasado o ni especular con un futuro que aun no llega y que nadie conoce. Es oportuno aprender a resolver paso a paso, día a día, concentrarse en el presente y aprender a disfrutar de ello. La meditación, el yoga o el mindfulness son algunas de las herramientas recomendadas para apaciguar la mente ansiosa y mejorar nuestro estado de ánimo.
Inteligencia emocional: parece ser que el confinamiento es una gran oportunidad para aprender a gestionar mis estados emocionales. Esto quiere decir identificar lo que estoy sintiendo, aceptarlo y tratar de canalizarlo de una manera positiva o ecológica.
La inteligencia emocional es algo que todos tenemos y podemos entrenarla. En primer lugar, un buen recurso para evitar desencuentros y malos tratos, es comunicar a los otros lo que nos está pasando. Luego, estar anclados al presente nos permite mantener una actitud de vigilancia continua sobre lo que nos ocurre, de dónde viene, si nos es útil o no sentirnos de esa forma y evaluar cuáles son nuestras opciones de acción emocional.
El vínculo con los otros: cuidar nuestros sentimientos es importante para estar bien con nosotros pero también con las personas a las que amamos. Y este es un punto trascendental para sobrellevar cualquier situación en la vida. Mantenernos conectados con nuestros amigos y familiares de manera virtual es muy valioso, ya que somos seres sociales, nos sirve para sentirnos acompañados y sobre todo para hablar. Hablar es una de las formas que tenemos para liberar las tensiones emocionales y evitar que se vuelvan físicas.
Creencias: así como podemos gestionar nuestras emociones, podemos trabajar sobre nuestras creencias, que de hecho son las estructuras de base que desencadenan nuestros estados emocionales.
Debemos ser conscientes de que los seres humanos no sólo tenemos la facultad de pensar, sino también de reflexionar sobre el propio pensamiento. En otras palabras, todos podemos elegir en qué creer y cómo pensar. Y este es un hábito que también se entrena.
Para ello, es clave estar atentos a los pensamientos que ocupan nuestra mente, evaluar si estos nos ayudan o nos son disfuncionales y reelaborarlos de ser necesarios. Recuerda que, en el fondo, cómo te relaciones con la realidad externa depende fundamentalmente del ángulo desde el que la miras.
Poner el foco en ver lo que tenemos y lo que sí podemos hacer es una estrategia fundamental para cualquier contexto pero sobre todo cuando enfrentamos adversidades. Así que procura alimentar un pensamiento de gratitud, abundancia y de empoderamiento para contigo.
Información: vivimos en una sociedad en la que somos propensos a consumir información en exceso y muchas veces de la mala calidad. Debemos aprender a cuidar la cantidad y el tipo de información que consumimos ya que puede convertirse en polución mental. Destinar una determinada cantidad de horas para ver las noticias y recurrir a fuentes confiables son 2 tips fundamentales para nuestra salud.
Cuidado del cuerpo: mantener un estilo de vida saludable es más importante que nunca. Establecer una rutina de ejercicio y respetar los horarios de sueño. También mantener una alimentación lo más consciente posible, libre de alimentos procesados que agregan toxinas a nuestro organismo y, por supuesto, evita el consumo de sustancia como el alcohol, el tabaco y otro tipo de drogas.
En general, es conveniente poner atención en qué nos nutrimos desde todo punto de vista, es decir, qué le damos a nuestro cuerpo. Cuanto más químicos le agreguemos, más difícil resultará tener una mente clara y un sistema inmune que funcione correctamente. Por eso elige productos naturales antes de sintéticos.
Rutina y propósito: todos necesitamos tener algún tipo de estructura mental. Y para eso nos ayuda mucho tener un orden externo, tanto del espacio (el orden en nuestro hogar es importante) como del tiempo, y por eso tener una rutina medianamente organizada de actividades diarias es clave para dar una sensación de seguridad y una estabilidad anímica.
Mantenernos ocupados y con un propósito en las acciones que hacemos es más que importante para mantener la motivación. A veces esto no es tan sencillo pero la construcción del sentido en torno a lo que hacemos también es una facultad que todo podemos entrenar.
Espacios de placer: cultivar actividades que nos traigan experiencias positivas en el presente es uno de los pilares que nos van a ayudar a contrarrestar tantas tensiones y equilibrar la psiquis. Pues para liberar el estrés, la mente humana necesita mantenerse activa en algo que le resulte placentero, más que el descanso vacío (por ejemplo, mirar el teléfono o películas).
Por eso es tan importante hacernos espacios para momentos de disfrute al menos tres o cuatro veces por semana. Mimarnos, tratarnos con amor y autocompasión. Y en este punto, la aromaterapia tiene mucho que ofrecerte. Puedes elegir tu aceite esencial favorito o aquel que sientas que te ayuda con sus propiedades.
Utilízalo para aromatizar el ambiente en tus horas de lectura, dilúyelo en la tina y prepárate un baño de inmersión, agrégalo a tus productos de belleza y regalate ese momento de autocuidado que te hace sentir tan a gusto, o simplemente ponlo en tu piel y prendas para sentir un aroma agradable mientras realizas eso que más te gusta.
Autoconocimiento:
Está visto que las personas que dedican un tiempo para prácticas de autoconocimiento en los que se gane conciencia, tienen una mejor calidad de vida. Pueden ser espacios formales (como la psicoterapia) o informales (como la meditación). Lo importante es darnos la oportunidad de observarnos a nosotros mismo, nuestros valores y de aprender a construir nuestro propio sentido de la vida.