Una de las consultas que recibimos con más frecuencia en nuestras redes sociales tienen que ver con la ansiedad y de qué manera podemos apoyarnos en la aromaterapia para contrarrestar sus síntomas.
Esto no es casual, ya que por nuestro estilo de vida moderno los estados de ansiedad se han vuelto algo habitual. Pero no sólo eso, sino que como otros trastornos mentales, la ansiedad constituye hoy en día un problema de salud pública, especialmente en sociedades del mundo occidental.
Sin embargo, es esencial comprender que hay estadíos previos a que la ansiedad se convierta en una patología y que si le damos la atención necesaria, podemos ayudar a nuestra mente a mantenerse en equilibrio a través de acciones simples y sin acudir a fármacos.
Por supuesto, ¡los aceites esenciales son buenos amigos cuando se trata de prevenir! Y por eso, nos pareció interesante hacer una introducción al tema y contarles qué papel juegan frente a la ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una sensación de inquietud o expectación interna muy fuerte respecto a la consumación de algún posible hecho. Originalmente, se trata de un mecanismo natural de supervivencia que el ser humano acarrea desde su evolución y que le sirve para sobrevivir a situaciones de peligro.
Veamos cómo trabaja esto en términos muy sencillos: cuando nuestra mente percibe un factor de peligro externo, nuestra amígdala (ubicada en el cerebro) envía señales emocionales (miedo) y fisiológicas (por ej, el aumento del ritmo cardíaco y de la respiración para llevar más oxígeno a los músculos) que preparan al cuerpo para pelear o huir.
Lo que nos ocurre en la actualidad es que, lejos de los peligros de la naturaleza, nuestra mente identifica como “peligro” a muchos de los factores de la vida moderna que nos generan preocupación o temor. Sí, la base de la ansiedad tiene que ver con la emoción del miedo y la proyección a futuro, por eso las situaciones de incertidumbre, donde carecemos del control de las cosas, suelen ser grandes desencadenantes de la ansiedad.
La vida moderna está tan abarrotada de estos factores que nuestro sistema de supervivencia se mantiene constantemente activo frente a hechos que no constituyen peligros reales. Es entonces cuando el estado de ansiedad se vuelve habitual y dejamos de percibir cuál es el motivo de nuestra ansiedad, afectando nuestra vida diaria. Entre otras cosas, implica un enorme desgaste de energía mental y física, que además interrumpe otros procesos fisiológicos necesarios para la estabilidad de nuestro organismo, como por ejemplo nuestro sistema digestivo.
Tipos de ansiedad
Si bien hay varias formas, la ansiedad generalizada es una de las más comunes. Cuando la padecemos, tenemos la sensación continua de que algo puede suceder y nos puede afectar, se vive como una tensión sutil pero constante que termina por agobiarnos y desestabilizarnos emocionalmente. Nos hace irritables, se siente fatiga mental, nos cuesta concentrarnos y dormir, comenzamos a tener problemas de memoria y creatividad, etc.
Otra de las formas de ansiedad más habituales son los famosos ataques de pánico o crisis de angustia. En este caso, es una ansiedad muy fuerte y puntual, no podemos saber cuándo va a ocurrir ni qué es lo que la desencadena. Lo que siente la persona es más bien una serie de síntomas físicos intensos, como la sensación de ahogo y taquicardia, hay una pérdida del control del cuerpo que resulta desesperante e incluso quien lo sufre cree estar a punto de morirse.
Por eso, lo mejor que podemos hacer es identificar cuando la ansiedad se está volviendo un estado recurrente y tomar inmediatamente las riendas de nuestro bienestar antes que evolucione a un cuadro patológico. Y para eso, son varias las medidas que tenemos que tomar, ya que nuestra salud no depende de una sola cosa.
Un plan contra la ansiedad
Si bien no existen soluciones mágicas para este tipo de problemas, sí tenemos muchos recursos a disposición que, si los trabajamos, pueden generar un verdadero cambio en nuestras vidas.
1- Aromaterapia
Como te hemos contado en varios de nuestros artículos, una de las principales propiedades terapéuticas de los aceites esenciales tienen que ver con la relajación o estimulación a nivel mental/emocional.
Si deseas trabajar con la aromaterapia para contrarrestar los estados de ansiedad, puedes destinar un momento del día para interactuar con un aceite esencial de propiedades relajantes con el que te conectes de manera placentera. No necesitas que sean muchos minutos pero sí es importante tener constancia en el tiempo y crearte el hábito.
Para darte más detalles, hemos elaborado esta Breve Guía de Aromaterapia para la Ansiedad. Échale un vistazo para enterarte más!
2- Alimentación
Somos lo que comemos y por eso es fundamental que antes incluso de comenzar con tu trabajo de aromaterapia, te esfuerces en incorporar algunos cambios alimenticios que promuevan una mente más armoniosa. Evitar el consumo de sustancias que afectan de manera negativa tu sistema nervioso, como el alcohol, café y tabaco. Y sobre todo, evita el consumo de alimentos procesados, reemplazándolos por abundantes vegetales, frutas, legumbres, semillas y cereales integrales.
3- Meditación
Ya son muchos los estudios que se han realizado sobre los beneficios de la meditación en la mente humana. La meditación básicamente nos ayuda a controlar los pensamientos compulsivos, promoviendo el “silencio interno”. Y sobre todo, nos ancla al momento presente, donde efectivamente podemos hacer algo (tenemos el control) y estamos a salvo, evitando poner el foco en ese futuro incierto e inexistente en el que proyectamos los posibles peligros.
No importa el tipo de meditación que practiques, todas son beneficiosas. Incluso puedes probar con el Mindfulness e con formas de meditación más activas como el Yoga.
4- Actividad física
Cualquier deporte o actividad física que practiques es también un pilar dentro de cualquier esfuerzo por regular la ansiedad. Después de todo el ejercicio no es más que otra forma de meditación activa, una actividad en la que concentras toda tu atención por ese momento, evadiendo otros pensamientos y preocupaciones. Además, la actividad física nos ayuda a liberar la tensión muscular, dormir mejor, colabora en el estado de ánimo, el manejo de emociones y ofrece múltiples efectos a nivel biológico que contribuyen a regular la ansiedad.
5- Naturaleza
Está comprobado que dar un paseo de al menos 15 minutos en la naturaleza, rodeados de árboles y del canto de los pájaros, ayuda a disminuir la ansiedad y fomenta estados de relajación interna.
Como ves, la ansiedad es una cuestión que podemos trabajar desde muchos ángulos ¡y todos son igualmente importantes! Recuerda que la clave al momento de prevenir es mantener el equilibrio de todas las variables. Esperamos que esta información te inspire a tomar acción y mejorar tu vida. ¡Anda! ¡Tu puedes!